CARTAS E HIPERBREVES
Óleo de José Manuel Ábalos
EL COLOR DEL MAR
“¡El mar es azul!”, me gritó la hermana Soledad, llena de rabia.
Yo ya lo sabía. Lo había visto una vez en la película del domingo por la tarde.
Pero a mí me costaba imaginar tanto azul junto y le añadí algunos resplandores verdes de alga y blancos de estrella.
La hermana me castigó sin recreo y me puso de cara a la pared para el resto de la mañana.
Cuando todos salieron al patio y ya me creía solo en...
A VECES SUEÑO
A veces sueño que oigo tus pasos subiendo el último tramo de la escalera. Que vuelves a usar tu llave para abrir la puerta de la que es nuestra casa y que me encuentras terminando de poner la mesa para dos.
A veces sueño que, al llegar del trabajo, me estás esperando, descalza sobre la moqueta del que fuera nuestro cuarto, con el vinilo de Leonard Cohen que tanto nos gusta girando en el viejo tocadiscos y una botella de vino viejo recién descorchada.
A veces sueño que te has enfadado y yo no puedo dormir porque me das la espalda, que tengo que estirar la mano y alcanzar tu brazo que primero retiras, que luego dejas quieto y que, al final, se...
POR LOS LIBROS DE LOS LIBROS
Don Alonso, mi señor:
Le extrañará que le escriba. Ya sé que esto no se usa ni es costumbre; de hecho, como bien supondrá vuesa merced, ni tan siquiera sé leer y estas letras que le envío son sólo la transcripción que de mis palabras hace el cura de esta ciudad de El Toboso, digno como clérigo y bueno como persona, del mismo modo que el de su lugar, por más que el de aquí no aparezca en ese libro que anda de mano en mano y recoge sus aventuras; el mismo en el que, según me cuentan, se dice que es usted mi enamorado o yo la suya, aunque a mí me llamen Dulcinea y a usted el Caballero de la Triste Figura o Don Quijote de la Mancha.
No le recuerdo bien, aunque sí que alguna vez lo vi de lejos, ya hace tiempo… Y no me pareció ni tan viejo... LEER MÁS
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